miércoles, 16 de septiembre de 2015

Día mundial del Alzheimer: la nueva epidemia del siglo XXI

El Alzheimer es una enfermedad en desarrollo en todo el mundo, pero principalmente en los países del tercer mundo. En Argentina, si bien no existen estadísticas oficiales, se estima que afecta entre 300.000 y 400.000 personas, siendo su prevalencia mayor en individuos de más de 65 años de edad.

"Esto se vincula a que el principal factor de riesgo para las demencias en general, y para la
enfermedad de Alzheimer en particular, es la edad. De este modo, los trastornos cognitivos y las demencias incrementan su prevalencia como resultado del envejecimiento progresivo de la población", explicó Ignacio Demey (MN 103807), médico especialista en neurología.

Un mal global

Este envejecimiento afecta a todas las regiones del planeta, con excepción del África subsahariana, siendo este proceso más acelerado en los países en desarrollo.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en las próximas décadas la región que más envejecerá será América del Sur. El número de personas con demencia a escala mundial en 2001 se estimaba en aproximadamente 24.300.000 de casos, proyectándose que en 2020 se llegará a 42.300.000 de casos, y en 2040 a aproximadamente 81 millones.

"Este crecimiento no será simétrico, ya que entre 2001 y 2040 el incremento del número de casos en países desarrollados será del 100 por ciento, mientras que en países subdesarrollados será del 300%. Es por ello que suele referirse a los trastornos cognitivos y a las demencias como "la nueva epidemia", con importantes consecuencias a nivel sanitario y económico," explicó Demey.

La prevalencia media de demencia en mayores de 65 años en Sudamérica es del 5,3 por medio, siendo un 60% de los mismos personas con Alzheimer y un 30%, con demencia vascular. Además, la incidencia anual de demencia en la región es de 9,2 casos por mil habitantes.

Las características principales del mal

Los pacientes con demencia por enfermedad de Alzheimer suelen presentar de manera característica olvidos para hechos recientes reiterados, lo que los lleva muchas veces a repetir algunas preguntas o conceptos varias veces en el día.

Esta situación suele preocupar a las personas del entorno más cercano de la persona afectada. Asimismo, suelen manifestar con el tiempo problemas en el lenguaje, en la orientación, en la capacidad de organizarse o en la comprensión y análisis de distintas situaciones.

"Pueden por estas causas presentar dificultades en la realización de hechos cotidianos como la toma de medicamentos, el manejo del dinero, las finanzas personales o la realización de sus tareas habituales. Por otro lado, es frecuente que se asocien síntomas de conducta como irritabilidad, ideas erróneas (como por ejemplo que alguien está planeando hacerles daño o robarles, o celos excesivos con su cónyugue), ansiedad o depresión, entre otros," sumó Demey.

¿Cómo puede darse cuenta que una persona puede sufrir Alzheimer?

Si bien el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer en su inicio comparten el olvido, la pérdida de memoria que se puede observar es diferente. En los habitualmente llamados 'olvidos benignos' normales del envejecimiento, lo que el sujeto suele olvidar son parte o detalles de situaciones, como por ejemplo el nombre del actor de una obra de teatro a la que asistió. Estos hechos suelen ser recordados fácilmente al aparecer ayudas externas como claves y suelen mantenerse estables con el correr del tiempo.

"Con la Enfermedad de Alzheimer los sujetos suelen olvidar la situación por completo, como por ejemplo haber ido al teatro, y además no la recuerdan a pesar de que se den indicios o pistas. Estos olvidos suelen traer complicaciones en la esfera laboral y familiar y habitualmente progresan de manera sostenida en el tiempo, haciéndose cada vez más reiterados", explicó Demey.

¿Qué debe hacer una persona si tiene alguno de los síntomas?

Ante la sospecha o preocupación de que esté ocurriendo un cambio en alguna de las funciones mentales superiores mencionadas, por ejemplo memoria, orientación, capacidades en el lenguaje o síntomas en la conducta, es importante realizar una consulta a un neurólogo con experiencia en este tipo de problemas.

Es el profesional interviniente quien en la consulta formulará preguntas, realizará diferentes pruebas y de ser necesario solicitará estudios complementarios (laboratorio sanguíneo, imágenes del cerebro, evaluación neurocognitiva), procurando arribar a un diagnóstico de lo que está ocurriendo, y también el que, de ser necesario, iniciará un tratamiento específico adaptado a cada tipo de situación.

¿Cuáles son los tratamientos posibles hasta hoy?

Pese a que hay muchos estudios de investigación en curso, lamentablemente no existen hasta el momento tratamientos curativos para esta enfermedad. De todos modos, si bien aún no se puede curar el Alzheimer se lo puede tratar, y para estos sí existen muchas herramientas disponibles, ya sea usando medicamentos o adaptando el entorno del paciente.

El doctor Cristian Gil Mariño, del área de Neurología Conductual de INEBA, sostuvo: "Para un mejor manejo sintomático de las personas afectadas es importante un abordaje integral, que incluya actividades recreativas y estimulantes que suelen ayudar a lograr una mejor calidad de vida del paciente y de su familia. Asimismo, es de gran importancia un correcto manejo de los factores de riesgo vascular como la hipertensión arterial, la diabetes, el aumento del colesterol, el tabaquismo, entre otros".

Los tratamientos farmacológicos específicos disponibles en la actualidad para la demencia por enfermedad de Alzheimer incluyen medicamentos que demostraron mejorar algunos aspectos cognitivos, conductuales y funcionales en estos pacientes.

"Entre ellos se mencionan los inhibidores de la enzima colinesterasa (donepecilo, rivastigmina y galantamina) y los antagonistas de unos receptores cerebrales para el glutamato llamados NMDA (memantine). De manera complementaria, algunos estudios recientes sugieren que la estimulación cognitiva puede también tener beneficios en esta población. Un enfoque integral del paciente afectado y de su entorno nos permite mejorar la condición física, mental y social de toda la familia involucrada en esta enfermedad", finalizó Demey.


Fuente: Infobae.com




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